martes, 26 de agosto de 2008

Aztecas

Huitzilopochtli

La religión y los sacrificios humanos

Como otros pueblos de América, los aztecas (o mexicas) pensaban que otros mundos habían precedido al de ellos y que cada uno se había hundido en cataclismos en el curso de los cuales la humanidad había sido exterminada: esos cataclismos estaban representados por “cuatro soles”; la edad en que vivían los aztecas era el “quinto sol”. Pero este nuevo sol permanecía inmóvil: necesitaba sangre para iniciar su movimiento. A fin de que el sol prosiga su marcha, era necesario darle cada día su alimento, “el líquido precioso” (chalchihuatl), es decir, la sangre humana.

En la forma más habitual del rito, la víctima era extendida con la espalda sobre una piedra ligeramente comba, en tanto que cuatro sacerdotes lo detenían de brazos y piernas, entonces un quinto sacerdote, abriéndole el pecho con un tajo de su cuchillo de pedernal, le arrancaba el corazón. Pero el sacrificio humano entre los aztecas no estaba inspirado por la crueldad ni por el odio. Era su respuesta a la necesidad de salvar al mundo y a la humanidad.

Tomado de: Jacques Soustelle: La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, México, Fondo de Cultura Económica, 2000 (1955).


Los sacrificios humanos según el Códice Durán


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